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Los cinco mejores cortes de Carne de Ávila para guisar

¿Cuál es la mejor carne qué debemos comprar para un guiso? Quizás, alguna vez que otra te hayas hecho esa pregunta. Y más cuando las temperaturas bajan tan bruscamente que propician que apetezcan aún más este tipo de platos.

Para empezar te contaremos qué es un guiso. Es una técnica que consiste en cocinar todos los ingredientes, primero de forma salteada y después cocida, a fuego lento y a temperatura constante.

Y, ¿por qué los guisos hacen tanto bien? Porque son una de las formas más sanas de cocinar ya que en ellos se aprovechan los nutrientes de los alimentos y se conservan  las vitaminas.

¿Y qué jugará un papel decisivo a la hora de hacer un guiso con carne de vacuno? Sin duda alguna, la calidad de la misma. Aunque, ¡no te preocupes! Si utilizas nuestra Carne de Ávila para su elaboración, es resultado será todo un éxito. Por tanto, ten muy en cuenta la calidad de la carne que vas a  cocinar.

Nuestra Carne de Ávila se distingue por su alto contenido en vitaminas y sales minerales, que son de vital importancia para el organismo, entre las que se encuentran la vitamina B12, el zinc, el hierro o el fósforo.

Y ahora, vamos a conocer cinco cortes de Carne de Ávila que ayudarán a elaborar un guiso que impresione a vuestros invitados. No obstante, si tenéis alguna duda, es importante que le indiquéis al carnicero para qué receta lo queréis. ¡Allá vamos!

Aleta: Es un corte que se encuentra sobre el omóplato, muscular. Es aplanado y de textura ligeramente dura. Suele requerir de una cocción prolongada, por eso resulta idónea para los guisos. Te chuparás los dedos con esta propuesta.

Rabillo de ternera: Es una pieza heterogénea muy magra, con partes más tiernas y otras más duras. Forma parte de la cadera. Es un corte de carne muy limpio, sin nervios y sin apenas grasa.

Carrillada de ternera: Es la parte carnosa del músculo de la mandíbula vacuna, es decir, los carrillos del animal, sus mofletes. Es una carne muy jugosa y con un marcado veteado de grasa. Exigen una cocción prolongada y a baja temperatura. Compruébalo elaborando esta receta.

Rabo de ternera: Cuando hablamos de esta pieza, hablamos de carne pegada al hueso. Es un corte muy sabroso por su grasa y tejido gelatinoso. Jugoso, tierno y meloso, capaz de convertir un guiso en un pequeño placer de la vida, como este, por ejemplo.

 

Morcillo: Es una carne magra melosa con mucho colágeno y consistencia fibrosa. Se encuentra en la parte final de las extremidades. Cortada con hueso, se conoce como ossobuco y se prepara guisada. Siempre debe ser largamente cocinada.

Los guisos son los protagonistas indiscutibles del periodo invernal. Así que si te gustan estos platos, no te quedes sin cocinarlos con nuestra Carne de Ávila. ¡Esperamos tus recetas! 😉