Trashumancia, un viaje con mucho arte

Diego Torres ya se ha puesto manos a la obra. Él, como cientos de ganaderos de nuestro país, ha retado al frío y ha abandonado la comodidad de su hogar, durante unos días, para dormir en una tienda de campaña.

Y no por ocio y tiempo libre, sino porque el calendario  le ha vuelto a marcar que se aproxima el invierno, y que llega de nuevo el momento de practicar la trashumancia.

En esta ocasión, Diego y tres miembros más de su familia, han sido los valientes. Aunque esto no es siempre así: “Otras veces somos 40”. En este momento, son cuatro los ganaderos miembros de esta misma familia los que caminan cada día junto a sus 300 cabezas de ganado de Raza Avileña- Negra Ibérica.

Esto es tan sólo un ejemplo de lo duro que resulta este trabajo. Un oficio que lejos de desaparecer, está más vivo que nunca, debido al encarecimiento de los costes del transporte  en camiones.

Sin duda, lo mejor para Diego son los buenos ratos que pasa con su familia durante todos los trayectos. Pero también tiene su parte menos buena: el frío. A esto se suma la lluvia este año, “es lo que más tememos”, nos cuenta Torres.

Partieron a principios de semana de Navarredonda de Gredos y, el viernes ya han llegado al Puerto del Pico. 19 días más les esperan hasta que lleguen a Aljucén (Badajoz).  Allí su ganado pasará un mejor invierno con pastos más cálidos.

Esta práctica vuelve a repetirse una vez más, dejando bellas estampas de un otoño frío, en el que han aparecido las primeras nieves, aunque tímidamente.  ¡Nos encanta contemplar cada una de ellas porque reflejan el oficio de una tradición milenaria buena para los animales, buena para el campo y buena para todos!

En la actualidad, son más de 400 ganaderos los que realizan esta práctica en Ávila durante este mes del año y en torno a 30.000 reses las que se desplazan. Desde Carne de Ávila nuestro reconocimiento a todas estas personas que hacen que esta costumbre no se pierda… ¡Ole vuestro arte, maestros!