Noticias

La Trashumancia ya es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Y a los ganaderos les ha sorprendido, como es habitual en estas fechas, caminando con su ganado hacia tierras extremeñas

La trashumancia sigue más viva que nunca. Prueba de ello es que, en estas fechas, más de 3.000 animales caminan rumbo a dehesas con temperaturas más suaves.

Y los ganaderos los acompañan con un motivo más para sonreír y sentirse orgullosos por mantener esta tradición: la semana pasada la trashumancia ha sido declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Así lo ha decidido el comité de la Unesco, reunido la semana pasada en Kasene (Botsuana) reconociendo esta modalidad de pastoreo.

En España, según el Ministerio de Cultura, este tipo de caminos recorren unos 125.000 kilómetros que cubren todo el territorio peninsular y de las islas, que ponen de manifiesto que la trashumancia es una práctica extendida por todas las comunidades autónomas.

Esta práctica ancestral permite ahorrar en costes de transporte. Además, el ganado se puede ir alimentando durante todo el recorrido. Pero no son los únicos buenos motivos por los que se lleva a cabo. También porque la trashumancia contribuye al sostén de la diversidad de hábitats.

Podríamos decir que en la naturaleza disminuye o evita la erosión, mejora la fertilidad del suelo, mantiene con vida los manantiales, fuentes y abrevaderos. Y mucho más. Evita la contaminación biológica, previene los incendios, preserva la diversidad de razas autóctonas, transporta semillas de numerosas especies vegetales, y mantiene vivas las redes pecuarias.

Y en cuanto al alimento que obtienen en estas tierras, hay que decir que hace que vuelvan con más carne y desarrollen una mejor gestación.

Precisamente, es en estas fechas cuando las vacas avileñas emprenden camino hacia Extremadura en busca de pastos cálidos. Y, en algunos casos, a Castilla – La Mancha.

Las vacas recorren alrededor de 250 kilómetros por vías pecuarias conocidas por ellas y por sus pastores. Muchas de ellas en muy mal estado. Pero esta no es la única dificultad. A ello se suman otros problemas como, por ejemplo, dónde alojar al ganado. El camino es muy duro. Y suele recorrerse, aproximadamente, en unas dos semanas.

Con frío, con lluvia, sin festivos, durmiendo en el campo con los animales, así es la vida de los ganaderos. Por ello son conocidos por su dureza y resistencia.

Desde Carne de Ávila os deseamos siempre lo mejor en vuestro camino, amigos trashumantes. ¡Mucha fuerza e ilusión!