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El verano y el ganado avileño

El calor no es algo de lo que solo nosotros nos tengamos que proteger. ¿Cómo afecta a nuestras avileñas? Hoy te lo contamos

El verano ya llegó, aunque lo haya hecho con relativa inestabilidad meteorológica. Porque, de momento, no se ha dejado sentir mucho en buena parte de España.

No obstante, y no tardando, las temperaturas comenzarán a subir y los ganaderos, como en toda época estival, deberán proteger a sus avileñas.

¿Cómo? Entre otras muchas cosas, asegurándose de que los animales tienen agua todo el tiempo. Porque su organismo está constituido por alrededor de un 75 por ciento de agua, que es la responsable de regular su temperatura.

El agua también es necesaria para asegurar un crecimiento adecuado, al igual que un óptimo crecimiento fetal en lo que a reproducción se refiere. Así como para que el nivel de actividad, la digestión y la asimilación de los nutrientes sean correctos.

Porque es una realidad, las reses subsisten más tiempo sin alimentos que sin agua.

La situación de sequía que se está viviendo en muchos lugares de España, está suponiendo una problemática añadida a la complicada situación que está viviendo nuestro sector.

Esta falta de agua se une a los elevados costes de los insumos.

Instalar un bebedero o abrevadero cerca de su lugar de reposo, siempre a la sombra, y en el que el agua sea renovada con asiduidad, es también una de las recomendaciones.  

Otra de las peculiaridades del ganado bovino en esta época del año, es que en los días de calor se observa que sobra comida. Esto se achaca a que es un mecanismo fisiológico de estos animales, ya que comen menos para producir menos calor.

Si las noches muy calurosas son duras para los humanos, para los animales más aún si cabe. Las vacas se resienten por padecer estrés térmico.

Por todo esto, es muy importante estar pendientes de nuestro ganado también en verano. Tanto de día como de noche. Vigilar su temperatura y su humedad relativa es primordial para que no se resientan.

El calor excesivo puede afectar a la nutrición, la fertilidad y la producción del ganado.

Las vacas no son como otros animales, las vacas apenas sudan. Podríamos decir que tan solo un 10 por ciento de lo que suele sudar un ser humano. ¿Y cuál es su principal fuente de enfriamiento? La respiración, la pérdida de calor a través del aliento y el uso de sus cuernos. ¿Lo sabías?